martes, 6 de noviembre de 2007

Sarkozy. Oh la la!


Volando llegó Sarkozy desde el africano Chad, y nos alegró la noche del domingo. Con una puesta en escena impecable, el guión medido y con jeta de Jean Paul Belmondo, Sarkozy depositó a las cuatro azafatas españolas en Torrejón de Ardoz, dejándonos, de paso, a le Président Sapateró sin su preciada Z y, al mismo tiempo, algo más desgarbado. Y volando se fue al europeo Paris, donde también depositó a los tres periodistas galos. Y a seguir de nuevo volando, que se enfriaba la cena con Bush en Washington.

Sin entrar en las profundas banalidades de la política, lo cierto es que Sarkozy exhala magnetismo. Es un actor que se come la pantalla o, si lo prefieren, un líder con potencia de airbus. En todo caso, es un personaje con recursos para meterse a la gente en el bolsillo: buena oratoria, discurso populista, y tan claro que hasta resulta franco.

En los pocos meses que lleva al frente del gobierno francés, que formó con políticos de diferentes tendencias aglutinando así la variedad de la sociedad, su estilo ejecutivo y su capacidad de gestión lo distancian de ese otro estilo, por otra parte tan nuestro, de político-funcionario amamantado en universidades y apesebrado en caliente escaño. Difícil que salgan líderes ejecutivos con personalité. Ça n'est pas possible.

En el mes de julio, en cuanto empezó a apuntar maneras, la prensa alemana lo bautizó como:
Zar Kosy: Le monde c´est moi.
Vértigo da.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Balogr.
Hacía tiempo que no pasaba por aquí. Como todos tus comentarios, éste es magnífico. Sin entrar en ideologías (que, por otra parte, hoy en día tienen más bien una base económica), considero que Sarkozy al menos tiene un carisma del que la mayoría de políticos carecen, sobre todo en España.
Hasta pronto,
Torre Blanca