domingo, 4 de noviembre de 2007

África

Lagos, ciudad del Algarve portugués, ostenta el dudoso honor de poseer el primer mercado de esclavos de Europa. Del siglo XV es La Casa de los Soportales, actualmente dedicada a centro de exposiciones y venta de artesanía para el turismo.

Cuando los estados negreros consiguieron imponer en África su infame comercio, que contribuyó hasta el s. XIX a la prosperidad de Europa y del Nuevo Mundo, enseguida surgieron colaboradores y mercaderes locales que ejecutaban los raptos y capturas. Millones de seres humanos fueron deportados y vendidos.

Hoy estos hechos históricos nos escandalizan. Pero si les aplicásemos una capa del humanitarismo rampante que se esgrime en la actualidad, se podría acabar en la cínica justificación de que aquellos esclavos mejoraron sus posibilidades de supervivencia una vez exportados al mundo civilizado. El saqueo colonial se disfraza de acción humanitaria. Es tiempo de eufemismos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Al hilo de su concentrada pero abierta reflexión, se me plantean interrogantes a los cuales intentar byscarles alguna respuesta me supone hacer otras muchas preguntas. Desde el rol actual de las ONGs, en número excesivo, ¿a quién sirven?, ¿quienes las utilizan? desde luego que en ellas trabaja gente con la mejor voluntad, pero hay mucho de engañoso cuando a bastantes las financian gobiernos, multinacionales..

El colonialismo en la actualidad toma formas más perversas e hipócritas, pero igualmente agresivas. África sigue siendo explotada por potencias extranjeras y por la corrupción de sus dirigentes. Tiene riqueza pero su gente vive en miseria. Es un problema complicadísimo, y Europa no se podrá librar por cercanía de las oleadas de gente desesperada.

¿Porqué se acentuará la corrupción a medida que se desciende hacia el sur?