sábado, 27 de octubre de 2007

Se quedó zapatero,

como se dice del jugador que se queda sin hacer bazas o tantos. Así, directamente, se están quedando las personas más capaces, y como consecuencia el país en su conjunto, gracias a la conjura de los necios, a políticos de cocido sin oficio, a sindicalistas de provecho propio, a mendicantes con carné y aprovechados varios. Todos podemos constatar fácilmente, cada uno en sus cercanías, la discriminación galopante que están padeciendo los más capacitados en favor de los mediocres, por lo que poner aquí ejemplos sería inútil, además de interminable. No me cabe tanta decepción.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que lleva pasando estos últimos años demuestra que siempre se puede ir de mal en peor. La mayor decepción es el sectarismo que se está aplicando con una hipocresía alucinante. Me considero de izquierdas, si es que queda algo de idelogía hoy día, pero huyo como de la peste de los que se autoproclaman "progresistas".